PUNCHI´S CORNER


Hablo desde el corazón y por la necesidad, como plumilla, de hacerlo. Para compartir una nota, una ilusión, un comentario. Periodista de título, con la lucha por la igualdad como profesión, pretendo compartir reflexiones y análisis de lo divino y lo humano desde la humildad de ser una persona anónima y la consciencia de que hay blogs mucho más profesionales y trabajados, aunque todos tenemos derecho a ejercer la libertad de expresión y las nuevas tecnologías lo facilitan.
Maternidad, alimentación, vida sana, moda, estilo de vida, política, cosas bonitas... Un poco de todo con afán de compartir.

viernes, 10 de febrero de 2017

PROTOCOLO CASERO DE KIOTO

Harta de ver las incongruencias que nos rodean, me apetece abordar un tema que es cíclico en las conversaciones cotidianas de una madrileña curranta: la contaminación.
No es que me parezca mal la salomónica solución de la alcaldesa Carmena, al cortarnos el tráfico cuando ya el nivel es de asfixia. Si hay que hacerlo, se hace. Lo que me parece fatal es que nos quedemos en esos días en el grito y la indignación del "nos han jodido para venir a trabajar" y no nos sentemos en serio a trabajar por arreglar desde la raíz un montón de iniciativas que todas juntas, ayudarían mucho a disminuir el nivel de contaminación con el que convivimos y la consecuente mejora de nuestro medio ambiente y estado general del planeta que parece, no entendemos, es finito y no infinito.
En primer lugar, el teletrabajo. Que sí, que igual yo me muero y no lo veo hecho realidad ni en mi empresa ni en el 50% del Estado, pero que la política del calentamiento de sillas va en contra de muchas perspectivas del ser humano y una de ellas es la contaminación. Si los madrileños y madrileñas no tuviéramos que trasladarnos toooooodos los santos días a una oficina, ¿alguien piensa la cantidad de coches y de buses, trenes y metros que nos quitaríamos de en medio? Vamos, sería apoteósico. Por supuesto que yo tengo que hacer preguntas a mi jefa y reunirme, hacer fotocopias y ordenar documentos, pero que todo esto se podría organizar viniendo fisicamente 2/3 días a la oficina y lo demás, con un servidor en la distancia, un teléfono desviado e internet, todo listo. La parte de conciliación y felicidad (pienso en comer caliente recién sacado de la olla y se me caen dos lagrimones), entraría en otro capítulo. Aquí expongo el teletrabajo como apuesta por la economía y la biodiversidad del planeta.
Coches compartidos. ¿por qué no existen aplicaciones para esto? Gente que se organiza desde pueblos y barrios y van juntos hasta un lugar de trabajo.
Priorizar a las personas en un proceso de selección según cercanía del puesto de trabajo.
Mejorar e inviertir con subvenciones del estado, en edificios de oficinas y de viviendas con sistemas de climatización inteligentes. Esto es de traca. El otro día voy al médico y mientras que me desvisto, observo la ventana abierta a la calle por un calor insoportable que procedía del radiador de calefacción que había debajo de la ventana. Es que da angustia sólo pensarlo. Que se gaste energía de esa manera. Las calefacciones centrales deberían estar gravadas con un impuesto por la contaminación. Y si ya hablo del edificio donde yo trabajo... En verano muerta de frío, en invierno no llega el calor y tengo que poner calefactor (más consumo y energía). Y todo porque la calefacción es general. ¿a quién se le ocurre?
Si la iniciativa de las bolsas recicladas de los supermercados ha calado tan hondo, ¿quién te dice a ti que si se eliminaran completamente, o se hicieran de papel reciclado, no iban a triunfar?
pero claro, mucho me temo que en materia de ahorro energético y de consumo de combustibles "con las empresas energéticas hemos topado" ¿verdad? ¡a ver quién le pone el cascabel al gato!
Últimamente, por cuestiones laborales también estoy constatando que existe una cantidad de desperdicio alimentario que podría dar de comer a millones de personas en el mundo. Y todo porque en los mercados, hay que cumplir con unas medidas, unos calibres y unas estéticas concretas y porque no se pueden vender productos recogidos hace más de "x" días y por eso, empresas como la valenciana de cuyo nombre no quiero acordarme, los sábados a última hora pone unos ofertones bestiales para sacar del frigorífico todo lo que no pueden volver a vender por "seguridad alimentaria". A estas alturas, habiendo leído y abordado la cuestión por distintas vías, me río yo de la seguridad alimentaria. Al carajo!
Pero bueno, que me voy del tema. Que las tecnologías deberían estar al servicio de las cuestiones realmente importantes para el planeta. Pero no, aquí el dinero es el centro del mundo y si para conseguirlo, hay que acabar con el mundo, el fin justifica los medios.
Eah!
Luego a todos nos gusta ir al campo, pero ninguno pensamos en lo que estamos enviando a los ríos, mares y campos con nuestro sistema depredador de vida.
Mis reflexiones de febrerillo loco.

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