PUNCHI´S CORNER


Hablo desde el corazón y por la necesidad, como plumilla, de hacerlo. Para compartir una nota, una ilusión, un comentario. Periodista de título, con la lucha por la igualdad como profesión, pretendo compartir reflexiones y análisis de lo divino y lo humano desde la humildad de ser una persona anónima y la consciencia de que hay blogs mucho más profesionales y trabajados, aunque todos tenemos derecho a ejercer la libertad de expresión y las nuevas tecnologías lo facilitan.
Maternidad, alimentación, vida sana, moda, estilo de vida, política, cosas bonitas... Un poco de todo con afán de compartir.

viernes, 3 de febrero de 2017

NOS DIRIGEN HASTA LA OPINIÓN Y DE ESO, NASTI

estoy totalmente de acuerdo con mi "amiga" Susana www.lascosasdepaula.com. Recomiendo la lectura de su post de hoy.
Yo también estoy ya harta de tanto estigma a decir la verdad y hablar sin pelos en la lengua. Considero que ha sido más cosa del ruido porque, o soy imbécil, o estoy rodeada de personas conscientes y equilibradas que pensamos todas que efectivamente la maternidad es ante todo un CICLÓN que pone tu vida patas arriba.
Y no creo que por eso seamos malas personas o inconscientes. 
Es bueno ir reconociendo que ante todo, somos seres individuales y aunque nuestros hijos sean lo que más amamos en el mundo, también nos preocupa nuestra salud y nuestro bienestar. El machismo y el heteropatriarcado (llamemos ya a las cosas por su nombre que también cansa el café descafeinado de sobre) metió hace siglos un concepto de mujer abnegada, sumisa y perfecta al que todas hemos querido llegar. La imagen publicitaria de esa maravillosa mujer blanca, rubia, con los pelos perfectamente enrulados y haciendo un "cupcake" con delantal precioso estampado del "American Way of Life" ha sido durante mucho tiempo el ideario al que llegar y eso no nos ha provocado más que frustración cuando hemos comprobado que ¡NO LLEGAOS OIGA!.
A mí me da pena que alguien no encuentre la felicidad en la maternidad. Eso sí. Pero me da pena de ella. Eso no significa que no lo respete. El problema es que pretendamos encontrar la felicidad siempre fuera de nosotros. La clave está en que si no tienes bien tus "niveles" ni siquiera el amor de un hijo te los va a proporcionar. Que ya no somos esas mujeres rubias y blancas capaces de renunciar a todo.
A mí personalmente me embriaga oler a mi hija, acostarme con ella, me encantó estar 4 meses levantándome cada dos horas para darle el pecho pero... cuando ya llevaba 2 años levantándome cada dos horas porque me pedía agua no lo veía tan maravilloso e idílico, veía que, efectivamente, me estaba QUITANDO CALIDAD DE VIDA y yo lo que quería era dormir! Cuando llegan las 9 de la noche y mi hija se emperra porque no quiere lavarse los dientes y se pone a llorar yo, sinceramente, también quiero llorar porque para mí también son las 9 de la noche y estoy cansada. Antes de que ella estuviera, iba a yoga, a zumba y cuando llegaba cenaba, me duchaba y dormía ahora... ¡ay ahora! Pues ahora tengo menos descanso y menos tranquilidad. Tengo una cosa muchisimo más grande y soy muy feliz pero desde luego, calidad de vida, lo que se dice calidad de vida, mucho no. Lo que tengo es una vida maravillosa porque ya mi ideal no es llegar a todo mi ideal es "estar" y "ser" con quien toque. También considero que es una época de paréntesis donde lo primero no es salir e ir estupendamente peinada. y la verdad es que personalmente, me da bastante igual. 
pero también tengo amigas que se sienten muy tristes de haber abandonado el tacón y las uñas perfectas. ¿y qué pasa? Pues tienen derecho a sentirse a sí. Considero que se han adaptado peor a la realidad, pero eso no significa que si se encuentran mejor cuando van en tacones, no tengan derecho a tener su listado de preferencias. 
Yo he cambiado mis looks pero me veo divina, porque la llevo a ella de la mano y mi sonrisa constante me realza la presencia ;)

Y otra cosa de la que no me quiero olvidar de decir, es MELLIZOS. Precioso pero un desbordamiento total. Mi hermana dice que pasó 2 años en un retiro espiritual. No se veía lo blanco de los ojos y cuando regresó al trabajo, no sabía ni de los temas que se hablaba ni de la ropa que se llevaba. No reniega de eso, pero que hay que reconocer que es una pasada.
Cuando yo parí y vi el agobio que significaba el cuidado y la crianza de un bebé se lo decía a mi tía y ella me contestaba: "sí, pero es precioso". A mí me desconcertaba eso, pero ahora tras 4 años sí, reconozco que a pesar de lo duro, era maravilloso. Y esa ambivalencia me parece un misterio, un secreto y una magia, pero es así, amas a tu hijo y lo adoras, pero te está quitando la salud, la espalda no te la sientes y los nervios los tienes para el manicomio. Aún así, la mayoría queremos repetirlo.
Si la feria te ha ido fenomenal, ¡ole tú! pero...
Y por encima de todo, tenemos derecho a no ser perfectas, a no sentir lo mismo que el resto de los mortales o a no sentir lo mismo que la mujer americana de los años 50 cuyo guión seguro escribió un hombre que no se levantó ni una vez a cambiar el pañal.

Mi querida Bei de http://tigriteando.com/ decía el otro día esto: " El patriarcado nos quiere juzgándonos las unas a las otras, no vaya a ser que nos pongamos de acuerdo y mandemos a todos los machirulos confinados a Siberia. Paz y amor hermanas<

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