PUNCHI´S CORNER


Hablo desde el corazón y por la necesidad, como plumilla, de hacerlo. Para compartir una nota, una ilusión, un comentario. Periodista de título, con la lucha por la igualdad como profesión, pretendo compartir reflexiones y análisis de lo divino y lo humano desde la humildad de ser una persona anónima y la consciencia de que hay blogs mucho más profesionales y trabajados, aunque todos tenemos derecho a ejercer la libertad de expresión y las nuevas tecnologías lo facilitan.
Maternidad, alimentación, vida sana, moda, estilo de vida, política, cosas bonitas... Un poco de todo con afán de compartir.

martes, 21 de junio de 2016

TARDES LARGAS Y NOCHES CORTAS

Hoy  todos los medios de comunicación se hacen eco de la llegada del verano y me hacen reflexionar sobre mi particular visión de esta época, cuanto menos, ilusionante. Y es que el verano sabe a VACACIONES, RELAX, DESCANSO Y SLOW LIFE (ya que una es bloguera, se pone moderna en el lenguaje).
La verdad es que se trata tan sólo de 28 días en mi caso, pero que dan para mucho porque al ser forastera en Madrid, mi familia jugamos a soñar y experimentamos en esos días, lo que sería vivir en nuestra tierra rodeados de nuestros seres queridos de allí y de nuestras señas de identidad que tanto añoramos.
Pero antes de las vacaciones de las que podríamos abordar varios post, podemos hablar del verano en general o de la primera fase en la que compartimos el trabajo por las mañanas con las tardes y noches de tiempo libre.
A pesar de que en el mes de junio tenemos más de medio mes oficialmente de primavera y que hay cole para papá y Ana Belén, ya se vislumbra un ambiente distinto cuando las horas de luz son mayores.
Es sacar los dedos fuera del zapato y empezar a aparecer un ansia atroz por devorar helados, granizadas y en nuestro caso, sobre todo: CERVEZA. La verdad es que ya no sé si creer lo que se escribe a cerca de su poder para hacerte engordar, pero es una de mis debilidades y dependencias más grandes. Y en verano por excelencia. En invierno de lunes a viernes se puede vivir sin ella, pero ahora... cuando llegan las 20,30 horas, empieza a rondar ese sabor en tu paladar y es casi inevitable. Cuanto más si hay partidos de fútbol o eventos entre semana! y cierto también es, que a palo seco, no tiene gracia, que es lo que yo considero que de verdad, engorda, la tapa.
Así es que, al final, la primera fase del verano y primavera tardía, ya son los culpables de la acumulación de kilos y volumen en los cuerpos que, definitivamente, cuando han de pasearse por las orillas acuáticas, ya están pasados de rosca. Pero bueno, aunque no es lo que más me guste en el mundo, yo no vivo del cuerpo y me puedo considerar con orgullo "una mujer normal". Habrá que potenciar lo que sí tengo más estéticamente aceptable para ladear lo deleznable.
El primer verano también aumenta las ya bienvenidas ganas de calle, paseos y aire fresco que vinieron en primavera. Ahora cuando dan las ocho de la tarde da pereza regresar a casa para comenzar el ritual del baño y la cena con la pequeña. ¡si es cuando mejor se está! Así es que, retrasamos algunas rutinas buscando también que, lleguemos a la cama cuando la luz haya desaparecido totalmente del cielo y no tengamos que explicar por qué estamos durmiendo de día...
Abrir ventanas por la mañana y al atardecer y escuchar pajarillos y susurros de hojas, son un auténtico regalo gratuito. Es una época para sentir, desde luego y que a mí no me invita casi nada a poner música más allá de la que entra de las ventanas de casa. Los vestidos fresquitos y las chanclas, las pinzas que recogen el pelo dejando la nuca al aire, y las películas después de cenar a pesar de la guillotina amenazante del despertador, son símbolos del verano madrileño.


También me encanta improvisar picnics en las parques que tan bonitos tenemos cerca y por supuesto, tardes piscineras con amigas y amigos donde también, inevitablemente, sacamos las chuches a relucir. Afortunadamente, detecto las señales de alarma cuando el estrés se apodera de las tardes marujiles donde inevitablemente hay tareas que cumplir para tener la casa al día y quitar los cerros de plancha recién bajados del cambio de armario. Para conectar con "el Ser" aprovecho  de un trayecto por la calle de la mano con mi niña para hacer cualquier recado mientras hablamos, cantamos o las dos, disfrutamos de nuestro silencio. Mientras tenga consciencia, evitaré a toda costa estar siempre metiendo prisa a la pequeña para llegar a sitios.
Porque ahora las tardes son más de calle que de habitación con juguetes. Y las actividades están más con las hormigas del parque, las pompas y la regadera.
Esa pipirrana fresquita que te espera en el frigorífico para la cena, y ese pensar en que ya queda menos para apagar la pantalla y dejar las batallas diarias un poco más ralentizadas para pasar a disfrutar del sol y las aventuras en otros puntos, para comer tomates recién cogidos de las huertas.
Ese es el verano. Noches cortas, donde apetece ir de concierto al aire libre, ver las estrellas, las lunas llenas gigantes, el cantar de los grillos y la vida lenta que te invita a soñar.
Y antes de zanjar definitivamente la primavera, cumplo con el CUARTO RETO DE PEQUEFELICIDAD plantando un huerto aromático en casa.
La verdad es que nos ha sido fácil porque mi amiga Tere me invitó a su precioso pueblo en Guadalajara, Majaelrayo, que es todo de pizarra y en una sierra digna de ver. Entonces, degustando su casa y su jardín, le ayudamos a plantar algunas macetas que ella quería, y nos regaló unos esquejes para poner en casa plantas aromáticas que, no sabemos muy bien su nombre, pero están riquísimas y sus hojas huelen a limón. Así es que, el contacto sensorial está más que servido.
La pequeña tocó tierra, agua, hojas y de todo lo que pudo. Una actividad de los más deliciosa para todos ¡qué suerte tener una niña en la vida!
              



Y luego al día siguiente en casa, continuamos con los transplantes de macetas pasando al tiesto bonito una que compré hacía semanas y que ya se había adaptado a nosotros y nuestro hogar.


Y para finalizar, alguna imagen más del maravilloso día en la sierra que como dice papi: "esto es muy sensiorialmontessori". 
Beber agua de un caño de una fuente.

Tocar agua de un río, piedras y demás...
Y para finalizar, compartir mi gran ilusión de haber disfrutado unas palabras, un rato y un ambiente con el gran genio, poeta y artista Antonio Martínez Ares, quien además, nos prestó su camaleón donde me pude sentir por un rato una verdadera COBARDE. 


 Desde luego, cuando me toque la hora de pasar a otra vida, espero no hacerlo desde un sentimiento arrepentido de no exprimir cada minuto por saborear lo que me toque. ¡Feliz verano a todos y todas!



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