PUNCHI´S CORNER


Hablo desde el corazón y por la necesidad, como plumilla, de hacerlo. Para compartir una nota, una ilusión, un comentario. Periodista de título, con la lucha por la igualdad como profesión, pretendo compartir reflexiones y análisis de lo divino y lo humano desde la humildad de ser una persona anónima y la consciencia de que hay blogs mucho más profesionales y trabajados, aunque todos tenemos derecho a ejercer la libertad de expresión y las nuevas tecnologías lo facilitan.
Maternidad, alimentación, vida sana, moda, estilo de vida, política, cosas bonitas... Un poco de todo con afán de compartir.

lunes, 29 de septiembre de 2014

NADIE ES TAN FEO COMO EN EL DNI NI TAN FELIZ COMO EN EL FACEBOOK

Ciertamente.
En los tiempos que corren se cambian los refranes adaptados a la realidad y lo que indica el titular del artículo es más que verdadero. Yo casi nunca pongo cosas negativas en el facebook. Pero no es en afán de parecer envidiablemente feliz, sino porque como dice mi madre: "hay que cundir lo bueno". Si lo malo está ahí y no se puede ni evitar ni negar, para que vamos a ponerlo en valor. Habrá que resaltar lo positivo para hacer a los demás partícipes y expandir la buena onda. Es mi visión.
Por eso hoy, un martes como otro cualquiera, después de un puto lunes de mierda, después de haberme dado cuenta que se me había olvidado sacarme sangre y voy a tener que volver a pedir cita y con toda la mañana por delante para estar sentada como una alcayata en mi silla del despacho, aprovecho para dar una vez más gracias a la vida por todo ello.
Porque he dormido en una cama más que gustosa, no en el suelo como muchos de mis vecinos de barrio. Porque he desayunado escuchando la radio y me he puesto un modelo muy bonico a la par que cómodo y hace sol. Se ve por mi preciosa ventana el cielo de Madrid, porque afortunadamente me ha tocado un despacho donde hay vida, no grisáceo. También voy a dar gracias porque no soy importante, ni relevante, ni me analizan cada movimiento como a la gente famosa. Pero tengo la suficiente corte de personas queridas alrededor que se preocupan por mi estado, se alegran por mis avances y comparten mis inquietudes. Por todo ello, aunque parezca asquerosamente feliz como aquellos del facebook, hoy que es un martes cualquiera, voy a dar gracias.

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