TENGO QUE ESCRIBIR MI COLUMNA

Esta repetida frase de Carrie me motiva para recurrir a este rinconcito y desahogar mis ardientes deseos de escribir... "contar cosas", como dice mi amigo Inaki Gabilondo, es la pasión de los periodistas de vocación, como es mi caso.
Hoy me apetece hacer un recorrido por las obsesiones.
Todas y todos tenemos obsesiones, obsesiones estéticas, obsesiones éticas, obsesiones físicas, obsesiones psíquicas y no todas las tenemos identificadas.
¿es natural y sano tener algun tipo de obsesión?
Enunciar este vocablo es para algunas personas hiriente. No es igual que una amiga te  haga reconocer : "estás obsesionada" con "tienes esta manía". La segunda opción la admitimos mucho mejor.

A mí me gusta salir a la calle maquillada. No sé si se trata de una obsesión pero... es muy raro que me enfrente a la vida con la cara lavada. Polvos compactos y máscara de pestañas son el mínimo que puedo aceptar. De ahí hacia arriba. Por contra, en el "modo casa", no me entra en la cabeza visualizar a una chica haciendo un gazpacho con los labios pintados de púrpura. También existe sexapeal en tener la cara lavada.

Cuando compartes la vida con otra persona o convives con una pareja, ésta te ayuda mucho a ver cuáles son tus obsesiones y manías, pues entrar al terreno de las comparativas es bien fácil.

A mí me obsesiona desde muy joven mi barriga. Es constitucional y no creo que tenga remedio ni haciendo abdominales. Con el tiempo tienes que aprender a vestir en función de tu constitución física. Continuando con esta realidad también he tenido que aprender a vivir con flequillo aunque algunos días la frente me de un aire fresco igual que he tenido que aprender a vivir con un diente implantado. Esta también es una de mis grandes obsesiones.

Pero... ¿cómo distinguir que uno de tus pensamientos ha entrado al terreno de las obsesiones? Considero que una gran señal es que este entre a formar parte de tus verdades oníricas y si son recurrentes, más. Respecto a mi implante, los dientes y todo el entorno han protagonizado mis peores pesadillas. No cabe duda que me preocupa perderlo o quedar nuevamente con un brillo férreo en mi dental carta de presentación. Afortunadamente, para este tipo de problemas los avances científicos han sido una gran ayuda para las humanas que nacimos con este defecto.

Por otro lado, también reconozco la nutrición y alimentación como una de mis preocupaciones que posiblemente pueda entrar a determinarse como obsesión. Comer 2 veces en una semana legumbres, que los cereales sean integrales y que la fruta entre en el estómago dos veces al día como mínimo acompañando a todo este programa musical de verduras en alguna de las partes, es una de mis máximas y la llevo marcada con letras de fuego en mi mente.

Prefiero aparcar el capítulo de los buenos hábitos en la alimentación para otro artículo o serie de artículos.

Mas bien me gustaría dejar abierta esta "columna" a la reflexión de: ¿es bueno tener obsesiones? ¿el hecho de contar con alguna de ellas significa que hemos de limar aspectos negativos en nuestro cerebro? ¿existen buenas y malas obsesiones? o por el contrario ¿tener alguna ya es símbolo de falta de equilibrio?

Continuará.